Pip Williams: «Hice a mano 7 ejemplares de ‘La artesana de libros'»
En su primera novela, El Diccionario de las palabras olvidadas, rescata un episodio de la historia desconocido: la participación de las mujeres en la elaboración del Diccionario de Oxford. Ahora, con La artesana de libros, Pip Williams nos adentra en el oficio de encuadernar. Una profesión que también está algo olvidada, dado que, en la actualidad, la creación material de libros corre a cargo de máquinas. Pero la escritora se atrevió con la confección manual de la novela, y nos cuenta cómo fue la experiencia.
Sara Niño para InMagazine
IM: ¿Cuáles han sido sus fuentes de investigación?
Pip Williams: Principalmente libros. Libros sobre la I Guerra Mundial, libros sobre Oxford, libros sobre Oxford University Press (la imprenta). Al final, la imprenta es sobre la que habla; es un edificio que pertenece a la universidad. Y, por supuesto, también los archivos. Luego, paseando por Oxford y pidiendo si me podían dejar entrar.
IM: Además de las descripciones de la universidad y el barrio en el que viven las protagonistas, Jericó, también citas infinidad de libros. ¿Cuántos de todos ellos has leído?
Pip Williams (P. W.): He leído algunos, no todos. Y otros los he leído por secciones, como lo haría Peggy, la protagonista de La artesana de libros, para ver cómo se siente. Ella siempre está plegando los mismos pliegos y solo tiene acceso a ellos y no a todo el libro.
IM: ¿Qué es lo que más te gusta de la creación material de libros?
P. W.: Hasta que empecé con esto, no me había parado a pensar cómo se hacía un libro. Ahora, todo lo hacen las máquinas, pero hasta el siglo XIX se hacía a mano. Un encuadernador me enseñó cómo se hacía paso a paso. Y cosí 7 ejemplares de La artesana de libros (nos enseña el vídeo de cómo lo hizo).
Una época en la que las mujeres tenían restringido el acceso a la universidad
IM: ¿Cuánto tardaste en encuadernar estos ejemplares?
P. W.: Más de 3 minutos (risas). La grabación 6 horas, pero tuve que ir varias veces para hacer cada etapa del proceso.
IM: Hablando del personaje principal, Peggy, ella siempre quiere aprender y lee los libros que encuaderna, aunque vive en una época en la que eso no se les permitía a las mujeres. Sin embargo, consigue ir a la universidad. ¿Cómo destaca esta mujer por encima de las de su generación?
P. W.: El acceso a la educación está restringido a las mujeres, en aquella época. Necesitabas tener dinero para ir a la universidad… Peggy es clase trabajadora, y debe trabajar para ayudar a la familia. Por otro lado, las que tenían dinero no consideraban necesario estudiar. Además, había un requisito para entrar en la universidad: saber griego antiguo. Lo que pasa con Peggy es que, como trabaja con libros, sí que tiene conocimientos, por lo que logra entrar en la universidad.
IM: ¿Tienes nueva novela en marcha? ¿Una novela que, igual que esta bebe de El diccionario de las palabras olvidadas, tome parte de La artesana de libros?
P. W.: Estoy escribiendo sobre Tilda (uno de los personajes de La artesana de libros). En un principio no quería centrarme en ella, pero al final lo voy a hacer. Pero de un modo distinto: su relación con un médico alemán. Ella es enfermera y, en aquella época, se obligaba a curar a los «enemigos». Es como un Romeo y Julieta (risas).
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