Paola Roig: «Está bien permitirse dudar, aunque dé miedo»

El café frío y la cerveza caliente (Penguin Random House) es la primera novela de Paola Roig, quien nos presenta a Mariona, una mujer y madre con un trabajo estable y todo lo que, aparentemente, haría feliz a cualquier persona. Pero, ¿qué hacer cuando las dudas aparecen? Hablamos con la escritora sobre esto y muchas otras cosas.

Sara Niño para InMagazine

IM: Sobre el título: ¿Te gusta el café frío? ¿Has probado alguna vez la cerveza caliente?

Paola Roig (P. R.): Lo he probado por obligación. Es verdad que al café frío te acabas acostumbrando. La cerveza caliente me sigue pareciendo asquerosa (risas). Con este título quería reflejar la interrupción en la que vivimos las madres, desde lo más sencillo, un café frío o una cerveza caliente, hasta lo más complejo (una conversación, una vida laboral, una relación).

IM: Mariona, la protagonista de la novela, tiene en su vida «el café frío y la cerveza caliente» (es decir, todo del revés). ¿En qué punto se da cuenta de que tiene que tomar las riendas?

P. R.: Creo que, justamente, la novela va del proceso que hace ella para darse cuenta. No es un momento, un segundo, sino un proceso, un punto de autoconocimiento. En la novela, ella se va dando cuenta. Sí es verdad que hay un punto álgido que creo que es la muerte de la madre de una de sus mejores amigas. Ella hace una reflexión sobre su propia vida y la maternidad.

IM: Es tu primera novela. ¿Te ha costado mucho escribirla? ¿Qué técnicas o experiencias has tomado de tus anteriores libros, aunque no fueran novelas?

P. R.: No sé si la palabra sería «costado». Yo diría que me ha salido muy natural escribir así porque, cuando escribí otro libro, fui yo la que propuse la idea de escribir una novela. Sí que es verdad que me he dado cuenta de que tienes mucho menos control sobre lo que se trata; en un ensayo es todo más controlado. Y, obviamente, el conocimiento sobre la maternidad y la psicología perinatal de los ensayos está también en la novela.

Paola Roig está centrada en la promoción de El café frío y la cerveza caliente

IM: La historia comienza en septiembre de un año y acaba en septiembre del siguiente año. ¿12 meses suficientes para cambiar una vida de casada, de madre, etc.?

P. R.: No creo que en ese año cambie su vida, sino que se permite dudar y tomar una decisión. Después de aquí viene una reconstrucción en el próximo septiembre. Pero le queda mucho por delante.

IM: Como psicóloga, ¿qué le dirías a la Mariona del primer capítulo? ¿Y a la Mariona de la última página?

P. R.: A la Mariona del primer capítulo le diría que está bien permitirse dudar, que da mucho miedo pero que en la duda están las respuestas. Y a la Mariona del último capítulo le diría que lo más difícil está hecho; que aún queda trabajo, pero valoraría todo lo que está hecho.

IM: En un momento dado, Mariona se plantea ir a terapia de pareja con su marido. ¿En qué casos podría ser útil?

P. R.: La terapia de pareja es útil muchas veces, tanto para seguir juntos como para separarse de una manera amorosa y cordial. Creo que la terapia de pareja es un espacio donde se abre un hueco a la comunicación, al entendimiento y a llegar a nuevos acuerdos.

IM: ¿Mariona está inspirada en alguna mujer en concreto o en todas a la vez? ¿Te sientes identificada con ella?

P. R.: Bueno, creo que Mariona bebe un poco de todas las mujeres que conozco. Bebe un poco de mí, esta es una de las cosas que me he dado cuenta escribiendo la novela: que es muy difícil quedarte fuera. Pero también bebe de las mujeres que tengo a mi alrededor: de mis amigas, de las mujeres a las que acompaño…

IM: ¿Podría haber una continuación, incluso una novela con Silvia o Alicia, amigas de Mariona, como protagonistas?

P. R.: ¿Por qué no? No me lo había planteado, pero me parecería interesante ver la vida de Alicia en concreto, quizá.

IM: ¿Tienes previsto algún otro proyecto literario?

P. R.: Por ahora, no. Estoy digiriendo esto que ha sucedido en el último año, escribir esta novela, y ya veremos.