«El hombre que mató a Antía Morgade»: Arantza Portabales regresa a la escena del crimen literario
La última novela de la escritora gallega constituye el tercer caso de los inspectores Barroso y Abad. En esta ocasión, Arantza Portabales nos adentra en un truculento caso de asesinatos en serie que parten el día de Santiago Apóstol y echan sus raíces en un suceso acaecido hace más de 20 años.
Sara Niño
Iago, Mónica, Xavi, Eva, Lito y Carlos son amigos desde 1998, cuando convivieron en un piso tutelado de la calle Algalia, en Santiago de Compostela. Pero había alguien más: Antía Morgade, hermana de Carlos. La joven, quien, presuntamente, fue víctima de reiteradas violaciones por parte de uno de los tutores del piso, Héctor Vilaboi, apareció muerta en el salón de la casa que los siete compartían. Ahora solo quedan 6. Pero ¿hasta cuándo estarán vivos?
Arantza Portabales: del microrrelato a una serie de novela negra
Licenciada en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, Arantza se inició en el mundo literario de la mano del microrrelato. Este género le valió el Premio Narración Breve de la UNED por Circular C1. Cuatro Caminos-Embajadores y el Premio Manuel Murguía de relato por Xanelas.
En 2015, publicó su primera novela en gallego (Sobreviviendo), que obtuvo el XV Premio de Novela por Entregas de La Voz de Galicia. La segunda, Deje su mensaje después de la señal, se hizo con el Premio Novela Europea Casino de Santiago 2021.
Y llegaron Barroso y Abad en 2019. Belleza Roja fue la primera entrega protagonizada por estos dos personajes, con los que Arantza Portabales se inició en la novela negra y por los que mereció el Premio Frei Martín Sarmiento. Así, la segunda parte (La vida secreta de Úrsula Bas) llegó dos años después.
El hombre que mató a Antía Morgade (Lumen) es una novela de lectura muy ágil, con capítulos cortos que enganchan al lector. Quieres saber más, y Arantza te lo da (aunque a cuentagotas). Y es que el final se ha de hacer esperar, para que nos dé tiempo a conocer a cada uno de los personajes y hacer apuestas sobre quién será el asesino.
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