Mayte Magdalena: «El amor es una potencia que nos incita a seguir»

Es diplomada en Pedagogía e Historia del Arte, y cuenta con casi 40 años de experiencia como docente. Ahora llega a las librerías con su primera novela, Zapatos de lluvia, con la que quiere rendir homenaje a las mujeres luchadoras que, en tiempos de crisis, han sacado adelante a su familia. Una historia, además, con tintes reales y un motor imprescindible para cualquier persona: el amor. Hablamos con Mayte Magdalena.

Sara Niño para InMagazine

InMagazine (IM): Autopublicaste Zapatos de lluvia. ¿Cómo ha sido el camino hasta que has visto la novela en NdeNovela (Editorial Planeta)?

Mayte Magdalena (M. M.): Realmente, me autopublicaron. Esto fue un regalo de mi marido: un día llegué y me había publicado la novela y dije «¿Y ahora qué hago?» (risas). Entonces, intenté moverla lo que pude, porque él había invertido un dinero. Pero sí que es verdad que, por mediación de una persona a la que le tengo que agradecer muchísimo y que tiene una librería que no solo acoge a grandes autores, el libro llegó a las manos de las personas correspondientes para llegar adonde ha llegado.

IM: ¿Tenías pensado el título o ha sido un trabajo conjunto que habéis hecho editorial y autora?

M. M.: No, según terminé el libro dije «el título es este». Porque, para saber por qué se llama Zapatos de lluvia, hay que leerse el libro. Es decir: hay un determinado momento en que dices «sé por qué se llama así». Que no son botas de lluvia, son zapatos, es por otro motivo que hay que entender.

Zapatos de lluvia: la historia de la abuela de Mayte Magdalena

IM: La novela está basada en hechos reales. ¿En qué escenarios, momentos y personajes podemos ver esa realidad?

M. M.: Se basa en la historia de mi abuela, que para mí era una historia prácticamente desconocida. Mi abuela era una persona muy hermética, que hablaba muy poco; no era excesivamente cariñosa y del pasado no hablaba. Mi madre es la que me contó ciertos hechos que le habían ocurrido, y hay un núcleo que es cierto (va a servir a Madrid, se casa con un trabajador de los tranvías, etc.). Pero, como yo necesitaba reconciliarme con esa persona, lo demás lo he ficcionado a mi gusto y me he creado a mi abuela (risas).

Me he documentado y he hablado con mucha gente de la época. Al final, creas un personaje que creo que son todos los personajes. Paola, la protagonista, puede ser todas las mujeres que vivieron su época y las circunstancias que vivió ella. Zapatos de lluvia está hecha de pedacitos, de retazos.

IM: ¿Cómo ha sido esa caracterización de todos los personajes, al margen de la protagonista? ¿Qué podemos ver de ti en algunos de los personajes femeninos?

M. M.: De todos los personajes femeninos, no hay nada mío. Lo que he dado ha sido mi imaginación y poco más. Pero las mujeres que van apareciendo sí que son historias que se me han quedado grabadas, que he ido escuchando a lo largo de mi vida, y algunas las he ficcionado como personajes de la novela. Porque, cuando ya te pones a indagar en las vidas de las personas, entonces lees historias brutales. Cuando dicen que la ficción supera a la realidad, es real.

La emigración de los españoles en busca de un futuro mejor

IM: La protagonista emigra del campo a la ciudad en busca de un futuro prometedor. Ha pasado casi un siglo, ¿no ves que los jóvenes en la actualidad también están yéndose al extranjero con la promesa de un futuro mejor, que muchas veces no encuentran?

M. M.: Esto es cíclico, y tiene mucho que ver con la economía. Nadie se quiere ir de su casa, pero hay momentos en que hay demasiada gente y ya no se puede vivir. En la época de la Guerra Civil Española, pasaba lo mismo: los chicos podían ayudar en el campo, pero las chicas eran una boca más y había que buscarlas marido rápido. Paola tiene una visión muy idealizada de lo que es irse a Madrid, y hace ese recorrido que hicieron cientos de miles de personas en busca de nuevas oportunidades.

¿Ahora qué ocurre? No se va del campo a la ciudad, pero a los jóvenes les sigue pasando lo mismo. Si aquí tienes una condiciones de trabajo muy malas, te quieres ir. Lo que pasa es que, cuando llegas allí, no siempre lo que te encuentras es lo que esperabas. Hay mucha gente que se va y a los dos años se vuelve, y hay gente que se queda muy contenta.

IM: Abordas el amor en todas sus facetas. ¿Crees que, en este contexto de guerra y sufrimiento, ese sentimiento es más fuerte?

M. M.: Creo que es más fuerte y, además, creo que es el salvador. Si a Paola no le queda amor no le queda nada; es su motor. Tiene que vivir porque tiene hijos, espera un marido… Yo creo que lo que la mueve, y nos mueve a todas las personas, es el amor. Es una potencia que nos incita a seguir. Y, luego, empatizar con la gente, abrazar y querer. El amor es la esperanza de este libro.

IM: ¿Qué mensaje quiere transmitir Mayte Magdalena, aparte de dar voz a las mujeres que vivieron esos momentos terribles?

M. M.: El mensaje es que, si olvidas, repites los errores. Es necesario conocer, saber y entender para no volver a caer en los mismos errores, las mismas dificultades. Y no hablo de una memoria partidista, de una memoria de odio; no hablo de las dos Españas. Hablo de una memoria de lo que, en general, significa una guerra para una generación. En los agradecimientos, termina diciendo «Paola solo quería ser feliz».

IM: Acaba de salir a la venta, pero ya estarás recibiendo las primeras opiniones. ¿Cómo es ese primer feedback?

M. M.: El feedback es muy positivo, pero hay que ser realistas: hay mucha gente que te está dando el feedback que te quiere. Entonces yo creo que las personas están siendo sinceras, pero también estoy preparada para que haya gente que diga que no le gusta. Sí es cierto que las primeras personas que se han dirigido a mí, fuera de mi familia, han sido muy positivas. No me esperaba tan buenas palabras.

IM: En tu página web también te refieres a dos autores que te inspiran, Pedro Simón y Arturo Pérez Reverte. ¿Por qué estos dos?

M. M.: No es que me inspiren. Realmente no sé quién me inspira, leo compulsivamente. Hay tanta gente que he leído que decir un nombre no puedo. Decir quién me ha influido… no sé, llevo leyendo desde que tenía 11 años.

IM: ¿Estás ya escribiendo o tienes algo guardado para publicar?

M. M.: Siempre estoy escribiendo, unos valen y otros son para mí. Primero tengo que ver qué pasa con Zapatos de lluvia y, según vaya, así será lo siguiente. Pero sí me gustaría publicar.