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Los momentos excepcionales de Konecta

Konecta BTO. Foto: Pixabay

Los momentos excepcionales de Konecta

En un lugar de Tres Cantos, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que se destinó a unos trabajadores de lanza, adarga, rocín y galgo. Allí pastaba un señor, que no era Don Quijote de la Mancha, pero bien podría parecerse al caballero andante en busca de sus molinos.

Konecta BTO es popular por algunas de sus hazañas, y no precisamente buenas. Sin ánimo de referir aquí ninguna de ellas, pues puedes googlear el nombre de esta empresa y te saldrán unas cuantas, voy a contarte una historia que, dependiendo del ánimo que tengas, puede quedar en anécdota o en una gran faena.

El hombre que vivía «momentos excepcionales»

Hace algunas semanas, hablábamos de la modificación sustancial de las condiciones de trabajo que está aplicando Konecta BTO sobre sus trabajadores desde hace, al menos, dos años. En unos casos se trata del horario y, en otros, de las funciones. En cualquier caso, los empleados se ven obligados, de forma unilateral, a realizar un trabajo que no corresponde ni por su perfil ni por el horario firmado en el contrato suscrito en su día.

¿La solución? Aguantar, o denunciar (y aguantar también, hasta que sale el juicio). Mientras tanto, el departamento de «Movilidad» de dicha empresa asigna trabajos al tuntún, a través de una comunicación que es de todo menos formal.

La notificación de que tienes asignado un «servicio» se hace a través del correo electrónico a tu dirección personal con el asunto «Kontamos kontigo» y un encabezado que comienza así: «Sabemos que estamos viviendo un momento excepcional y te agradecemos a la vez que te pedimos el esfuerzo y la colaboración para esta vacante que te pasamos a ofrecer y detallar.»

Lo que viene a continuación solo lo saben quienes lo viven (esperemos que no seas uno de ellos).

Firmado: una rata de biblioteca

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