«Nueva Tierra»: los lugares de Galicia donde se ha rodado
La nueva película de Mario Pagano, Nueva Tierra, llega hoy a los cines españoles con Iván Sánchez, Andrea Duro y Juan José Ballesta como protagonistas y con Galicia como escenario principal. Lugares como el Monasterio de Caaveiro, los Acantilados de Loiba o la Ribeira Sacra nos trasladan a una tierra futura en la que, sin embargo, el enigma y el misterio que desprenden sus rincones parecen llevarnos a un tiempo pasado.
Sara Niño
León (Iván Sánchez) vive junto a su mujer (Andrea Duro) y su hija en las montañas. Aislados de todo desde que se declarara una pandemia, sin embargo, han de enfrentarse a un mal mayor: la organización «La Legión», que secuestra a la menor. Un suceso que llevará al padre a superar los obstáculos de la naturaleza y luchar con las tribus más inhóspitas con tal de llegar hasta la joven antes de que sea demasiado tarde.
Monasterio de Caaveiro: entre los ríos Eume y Sesín
Los escenarios de Nueva Tierra son clave para transmitir esa sensación de que estamos en otro mundo. Una época futura, pero al mismo tiempo donde el tiempo no ha corrido. Uno de esos lugares en las que se rodó la película es el Monasterio de Caaveiro, en Fraguas do Eume. Un monumento en el que los primeros signos de vida datan del siglo X y que, tras su rehabilitación, se declaró Premio Europeo de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico.
Otro de los lugares impresionantes que han servido de escenario a Nueva Tierra son los Acantilados de Loiba, en el Concello de Ortigueira. Comprenden desde la Punta Bandexa hasta la Praia do Esteiro, y cuentan con alturas que van desde los 80 hasta los 160 metros. Además, entre ellos, vislumbramos diversas playas como las de O Picón, do Sarridal, Furada, da Ribeira Grande, Fábrega, Os Castros, Coitelio y Gaivoteira.
Ribeira Sacra: el encuentro de los ríos Miño y Sil
El último de los espacios que ocupa Nueva Tierra es la Ribeira Sacra, punto en el que desembocan el Miño y el Sil. Un lugar de encuentro espectacular que, además, cuenta con la presencia de restos prehistóricos y romanos.
Los monasterios dejaron tras de sí la tradición vinícola en la Ribeira Sacra. De ello nacieron vinos que marcaron historia como el Amandi, que se elaboró en exclusiva para el Papa.
Por último, en este paraje gallego destacan el Conjunto Histórico Artístico del Pazo de Taboada y las Bodegas del Vilacha, que poseen el distintivo de «Bien de Interés Cultural».
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